Pese al bloqueo, Cuba Vive La Habana, Cuba. -El bloqueo norteamericano contra Cuba califica como un acto de genocidio y contrario a lo que afirman en Washington, no es un asunto bilateral entre dos naciones. Es una política absurda que tiene un marcado carácter extraterritorial: una medida unilateral, que deberá ser levantada unilateralmente. Por décimo novena ocasión consecutiva, el próximo 26 de octubre la Asamblea General de Naciones Unidas considerará el proyecto de resolución “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”. Ni siquiera la instauración de un nuevo gobierno demócrata en el norteño país, supuestamente animado por una filosofía de cambio, ha significado una transformación esencial en la política hacia la isla caribeña. A pesar de que contaba con un considerable respaldo político en el Congreso, en la prensa, en la opinión pública y en el sector empresarial, Obama se ha quedado muy por debajo de su discurso en cuanto a los reclamos de la sociedad estadounidense y la comunidad internacional. El Jefe de la Casa Blanca cuenta con prerrogativas suficientes para flexibilizar significativamente el bloqueo contra Cuba, sin la intervención del Congreso. Sin embargo, el mandatario carece de voluntad para hacerlo. Son numerosas las voces que en el mundo exigen el cese del bloqueo. Personalidades, jefes de gobiernos, luchadores por la paz, intelectuales, obreros…. Es notable el apoyo abrumador de la comunidad internacional hacia el pueblo cubano. El pasado año, en Naciones Unidas, 187 países votaron a favor de la resolución cubana. Solo Estados Unidos, Israel y Palau se pronunciaron en contra. Una lista interminable de ejemplos ilustrarían el carácter genocida del bloqueo, principal obstáculo para el desarrollo económico de la nación. En condiciones de una verdadera guerra económica y una virulenta manipulación mediática, bajo los efectos del cambio climático y de la crisis económica global, ante las amenazas de una guerra nuclear, Cuba ratifica su compromiso con su incuestionable obra social, humanista y solidaria, construida y preservada a pesar del bloqueo.