Por: Felix Ramírez Sepúlveda
San Pedro de Macoris,- Los Petromacorisanos aún no hemos sabido valorar la importancia de tener un Maleón en un lado estratégico del municipio y la provincia. Pocos pueblos del mundo han tenido la dicha de que la naturaleza le haya dado ese regalo. Un Malecón, es un espacio que debe dársele el cuido y las atenciones que requiere. Porque es un valioso espacio que puede ser disfrutado a plenitud por todos.
Muchas provincias del país dominicano y del mundo quisieran tener este tipo de habitad humano. Pero aunque lo tenemos, y lo usamos, casi siempre no correctamente y como debe ser usado. Existe mucha ignorancia y desconocimiento sobre el valor del mismo, no solo en la población, sino también en las autoridades, del ayer y las de hoy. Por eso nuestro malecón no funciona ni es disfrutado como debe ser.
El malecón de la Serie 23 merece que se maneje con una visión diferente a la que tenemos hoy en día. No puede ni debe seguir arrabalizado, inseguro, mal enfocado y mal usado. Él no merece ese trato, cuando ha sido altamente generoso con todos nosotros. La buena imagen, la efectiva organización, el ambiente de respeto y decente deben ser el norte para su buen funcionamiento y uso; no solo de los Petromacorisanos, sino de todos los que nos visiten y quieran disfrutarlo.
Un malecón debe ser un lugar de esparcimiento, agradable y con un ambiente sano, donde se respire a plenitud el aire puro y donde podamos observar -sentados en el muro frente al mar- libre y tranquilamente el horizonte y la hermosura de los bellos atardeceres. El malecón también puede jugar el papel de psiquiatra o de psicólogo donde podamos aliviar y sanar nuestras preocupaciones, el estrés y problemas cotidianos. Debe constar con un programa de actividades permanentes en lo artístico, deportivo, cultural, recreativo y social.
Se hace necesario reflexionar sobre el uso que se le ha dado y se le da en el presente a este importante lugar y trazar una política municipal y gubernamental que convierta a nuestro malecón en un verdadero espacio para la alegría y el disfrute de sus visitantes locales, nacionales y de otros países del mundo. Hay que mejorar su imagen y ponerla a la altura que demandan los tiempos.
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