Paco Soto, el del saludo cordial y siempre atento ha muerte, Villa Velázquez llora su partida.

Por: Félix Ramírez Sepúlveda San Pedro de Macoris,-La muerte sorprende a veces y con su sorpresa nos conmueve y nos dolorisa, Nos llena de tristeza y lamentos. Nos hace ser pequeños ante ella y solo nos queda consolarnos y seguir viviendo. Esta mañana, a eso de las 8 y 30 minutos, recibí la noticia de mi hermana Gracia Altagracia Ramírez Sepúlveda, por vía telefónica desde donde trabaja en el laboratorio del Hospital Regional Dr. Antonio Musa, con voz entrecortada, me dijo: "Murió el vecino don Paco Soto, un hombre que se veía tan lleno de vida". La escuché y le contesté: "¡Qué pena, ha muerto todo un caballero y excelente vecino". Paco Soto era un vecino de gran corazón y de alma noble. Nunca, en todos los años que tenemos viviendo en lo que fue su barrio, que es nuestro barrio de Villa Velázquez lo vi de mal humor, ni escuché ninguna palabra descompuesta de sus labios. De su casa al trabajo y del trabajo a la casa siempre junto a su compañera y madre de sus hijos de toda la vida Maritza, los veía en su carro blanco, a veces temprano en la mañana, otras de tardedanocheciendo y a veces de noche. En la Ave. Independencia esquina calle Altagracia, a pocos metros de nuestro hogar, vivió y ahí le llegó la muerte. No era una persona que le gustaba estar en el medio, aunque disfrutaba la vida con alegría y con amor. Excelente hijo, dulce esposo, padre ejemplar, amigo de los amigos, buen vecino y un petromacorisano mil por mil. Fue solidario y atento con todo el mundo. A todos nos saludaba con buena cara. ¡Cuánta humildad y cuánta sencillez en un ser humano!. De fe y de trabajo y esperanza. Recuerdo que cuando los fallecimientos de nuestro padre y nuestra madre él y su esposa acudieron a nuestro hogar a darnos las condolencias. Él y su esposa eran vecinos apreciados y respetados por mis viejos don Félix Ramírez y doña Tata Sepúlveda. Mis más sentidas condolencias a su esposa hoy viuda y ha sus hijos y familiares. El barrio de Villa Velázquez y nuestro San Pedro de Macorís, su amado y sufrido pueblo, han perdido a un gran hombre, a un apreciado, respetado y querido ser humano. EPD. 2019