Por: Manual Ureña
El hecho ocurrido el viernes 7 de agosto en el municipio de Cotui, provincia Sánchez Ramírez donde un Te-coronel vestido como sacerdote le quitó la vida, a una persona que tenía como rehenes a una señora y su pequeño hijo.
Un hecho que debe de ser rechazado por la sociedad en su conjunto, el agente de nombre Santo Lora Báez, de la policía nacional, cuando el decidió quitarle la vida a este joven con el mató también el diálogo, la confianza, pero sobre todo la buena fe de los mediadores.
El secuestrador de nombre José Antonio Reyes Ulloa (El Gordo) pidió la presencia de un "Cura"y el policía que no era sicólogo, que maneja la conducta de los seres humanos, ni muchos menos un agente experto en manejo de situaciones.
Mientras que los obispos Jesús Castro Marte, de la Diócesis de la Altagracia y Víctor Masalles de la diócesis de Bani, repudian que un policía se vistiera de sacerdote para matar a un hombre, Castro Marte consideró que es repugnante suplementar la figura clerical para matar, mientras que Masalles dijo que en otra ocasión un delincuente no va a confiar en un cura.
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