Fuente: Así lo contó Taylor en su libro.
“En ese último round, yo estaba demostrando lo que demostré en toda la pelea. Era el más agresor y le estaba ganando. Pero actué con descuido, perdí el equilibrio, trastabillé, y él hizo que yo me girara y me fuera hacia una esquina. Eso le dio el ángulo para tirar la mano derecha y conectarme en la mandíbula. Nunca vi venir esa mano derecha. Me pegó desde el lado ciego y lo que único que supe es que estaba tirado en la lona. Aquella mano derecha fatal me dio en la mandíbula”.
“Mis instintos rápidos y mi repulsión a la derrota me decían que me levantara. Todo pasó muy rápido. Todos los que miraban la pelea vieron cómo me levanté. Logré sujeté de las cuerdas para mantener el equilibrio. Me fui a la lona con 12 segundos en el reloj antes de que terminara el último round. Me levanté con el conteo en 6 y miré a mi esquina”.
“Me di cuenta que mi entrenador Lou Duva subía los escalones rumbo al ring en la esquina, mirándome, y eso me distrajo por un momento. Es por eso que no estaba mirando al réferi. Pero tenía la conciencia para saber lo que estaba pasando a mi alrededor. Escuché que el réferi me preguntó si estaba bien. Le respondi asintiendo con la cabeza, diciéndole que sí estaba bien”.
“El réferi tenía que haber estado bien alerta a lo que pasaba y prestar atención a lo que Chávez estaba haciendo. El no estaba en la esquina. El réferi tenía que haberle indicado que se fuera a su esquina, y la pelea se habría terminado”.
“La luz roja en la esquina se encendía y se apagaba indicando que eran los últimos 10 segundos. Si Richard Steele se hubiera dado cuenta de que eran los últimos 10 segundos del round, se habría dado cuenta también de que la caída era intrascendente. Pero él, de forma despiadada, me paró la pelea”.
“La gente entró en euforia por Chávez, pero mi esquina estaba furiosa. Duva se volvió loco, enardecido por lo que había pasado. Yo estaba en shock, con una sensación de incredulidad.
Hicieron ver a Chávez como si hubiera hecho lo imposible. Era dramático para los narradores de HBO, pero fue traumático para mí. Todo el mundo vio la injusticia en esa decisión. Parecía como si todos supieran lo que iba a pasar, menos yo. Tuve muchas sospechas sobre cómo terminó esa pelea. A dos segundos de la gloria, la pelea se convirtió en la más infame controversia de la historia”.
“Sentía un enorme pesar de haber perdido esa pelea en la forma en que lo hice. Habría preferido que me noquearan pronto en la pelea, que perder con solo dos segundos en el reloj”.
“Habría sido más fácil vivir con eso. Tenía mucha ansiedad y tenía pesadillas con esa pelea. Me despertaba por las noches con visiones de Richard Steele moviendo sus brazos para detenerme la pelea”.
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