COMO ÉL NADIE HA INFLUIDO EN LA ESCENA POLÍTICA DE EL SEIBO, LO VIVIDO LO COLOCA DE FRENTE A UNA REALIDAD, POR LOS EFECTOS QUE LE PUDIEREN ACARREAR, AHORA QUE LOS VIENTOS PARECEN FAVORECERLE, CUANDO SE CELEBRA LA SENTENCIA QUE LO ´ABSUELVE´.
Por: FLORENTINO DURÁN
Desde cuando vinieron con raíces de Santiago Rodríguez en la región del Cibao, todavía queda algo en el solar donde los padres del hoy ingeniero Roberto Rodríguez levantaron su vivienda en esta parte del país. Aún vestigios o parte de la cimientes donde se instalaron y vieron crecer su familia en la comunidad El Cuey, provincia de El Seibo.
Don Juan Rodríguez era un hombre muy respetado en esa comunidad. Gozaba de aprecio y credibilidad; su palabra era escuchada, era emprendedor, referente, mediaba y evitaba problemas.
Doña Elena Hernández, su esposa y madre de Roberto, siempre fue una consagrada ama de casa, dada a las tareas del hogar, de forma ordenada y temperamento fraterno. Allí, sus hijos; Johanna, Roberto, Reynaldo (Rey) y Ángel desarrollaron esa etapa de la vida de forma holgada, entre la agricultura y algo de ganadería.
Los cuatro hermanos; Alcadio, Joaquín (El Cojo), Samuel y Juan (el padre de Roberto) levantaron base en El Cuey, a su llegada del Cibao, cuando esa comunidad era para guapos, aunque su estancia, la convivieron de forma armoniosa.
Una vivienda campestre, sirvió de cobija a los sueños, anhelos e inquietudes de los hijos de don Juan Rodríguez, por cuyo nombre parecido a Juancito Rodríguez, reconocido enemigo de Trujillo, llamaron la atención de Félix Benardino de los Jinetes del Este, quien en una ocasión, quiso establecer si había algún parentesco, comprobando que los vigilados, no eran cobardes.
El padre de Roberto, tenía un colmado, que a la vez era centro de comercio, donde se compraba; cacao, café, maní y habichuelas, entre otras cosas. De ahí pasaron a residir a la calle Sánchez, por el entorno de Pafén de la Cruz, cuyo frente daba al patio de la casa del maestro Cuto Estévez, con cuya familia alcanzaron una muy buena relación.
Se sabe de Rey, eligió su vertiente; Ángel continuó con el campo, Johanna, formó una gran familia en unión con el doctor Pedro Richardson y Roberto, se ligó al club Leo, Leones, y se fue involucrando en la política, desde cuando se laboró con Miguel Vargas, para ese entonces, en Obras Públicas.
Para cuando pasaron al liceo Sergio Augusto Beras de El Seibo, Roberto y sus hermanos se relacionaron con instituciones, incluida el club Leo, de mucho auge, para entonces
Roberto, siempre se vio, como buen prospecto y una esperanza para El Seibo. Demostró carisma, sencillez y lideraba en los círculos en los que compartía y analizaba con profundidad, extendiendo su figura, poco a poco hacia el país.
Para su primer intento por la senaduría. No le fue difícil conectar. Tenía las raíces. Su posición como director de INAPA, lo hicieron tener prácticamente una secretaría en El Seibo, marcando un antes y un después, con las obras, los nombramientos, ´sacando casas y propiedades hipotecadas´
El carisma de Roberto parecía algo mágico. Guardaba la distancia con los de Roberto Santana, Hatuey Decamps y Jacinto Peynado, cada uno en su tiempo y lugar, pero llegó un momento que no se descartaba para ninguna posición electiva, por la fortaleza que proyectaba.
Siempre quedó pendiente y como uno de sus sueños, el ocupar el ministerio de Obras Públicas, lo que se mencionó incluso para el actual gobierno que encabeza el presidente Luís Abinader.
Su manera de hacer la política, no solo impactaron, sino que crearon un nuevo estilo de valoración al elector, con cuestionamientos, incluidos algunos, que no podían hacer lo mismo.
En el trajín político, hizo que muchos se dieran a conocer, incluido sus choferes y de su seguridad. Las asignaciones y ejecutorias, desde la dirección de INAPA son memorables y solo comparables con las de Ricardo Jacobo en INESPRE el período que gobernó Leonel Fernández con el PLD.
Conocido por el país, las situaciones durante cuatro años y medio que ha debido enfrentar por el acueducto de la Línea Noroeste y su sometimiento por el caso de Odebrecht, Roberto Rodríguez, que ha gravitado de forma intensa en la política, tanto solo como acompañado de su hijo Jean Luís; se ha defendido y sufrido sus embates.
Que amigos que le han admirado siempre, algunos un poco lacerados y otros agradecidos que le son fieles hasta el final. La coyuntura que se le presenta ahora, para reposicionarse como líder del partido en el poder, parecer tener de frente, el hombre con edad, malas y buenas experiencias, pero sobretodo la lección del caso por el que ha sido sometido y fue allanada su vivienda, que de alguna manera han afectado su tranquilidad emocional.
Se acaba de dedicar una misa en la iglesia Santísima Cruz, por la salud del ingeniero Roberto Rodríguez. Pero ya las redes sociales, desde el mismo día del fallo por el que quedó ´absuelto´ del vendaval jurídico, emitieron sus consideraciones, con una mayoría a favor.
A la situación por la que atraviesa el exdiputado Juan Maldonado, no se le ve ´sacándole provecho´ y nunca ha entrado en rebatiñas con el senador Santiago Zorrilla, por lo que no ha sido su agenda enfrentarse con los micheros.
Roberto, era un hombre cercano a Hipólito Mejía, aportó para el triunfo de Luís Abinader; adláteres le reclaman que avance posición para ser un posible candidato a la senaduría y que se involucre con la dirección del PRM, que reparta cargos que le han ofrecido y que retome su espacio.
Hasta aquí el recorrido. Sin embargo, considero que; habrá que ver lo que opina Marisol, su abnegada y fiel esposa, quien ha estado a su lado, en los momentos buenos y malos en algo más de sus últimos 35 años.
Los viajes y los sinsabores, pero especialmente el precio que se debe pagar. Para un político, no es un dilema optar o aspirar, permanentemente. Pero la salud, luego de Dios, será primordialmente importante en la vida de cualquier individuo y Roberto, no es la excepción.
Claro está, que también pesa lo que opine su hijo, Jean Luis, quien, posee edad y dinamismo para completar su legado, pero que no siento, tenga el mismo cariño o amor por El Seibo, dado que nació y se crió en la capital, aunque no digo que no lo quiera y aprecie también.
Digo aquí, que la coyuntura, el momentun, parece favorecer al ingeniero Roberto Rodríguez en cuando a liderazgo y posibles aspiraciones por El Seibo, sin embargo, el tendrá que elegir entre su tranquilidad, salud o decidirse por la vorágine política.
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