martes, 17 de febrero de 2015

MIGUEL MEJIA SECRETARIO GENERAL DEL MIU DICE ATACAR A VENEZUELA ES ATACAR LOS PUEBLOS DEL MUNDO

, Miguel Mejía, secretario general del MIU expresó mediante un comunicado que atacar a la Revolución iniciada por el comandante Hugo Chávez y continuada por Maduro es atacar al resto de los pueblos del mundo, y muy especialmente a los de nuestra región

Texto íntegro 
Con la desarticulación de un siniestro plan golpista en Venezuela, la Revolución Bolivariana reitera su voluntad de lucha y de victoria sobre la reacción interna y el imperialismo.
Las entrañas fascistas de la intentona no solo se debe a las características de las fuerzas oligárquicas que la arroparon, ni al carácter de las pretensiones de las fuerzas extranjeras que las patrocinan, sino al hecho de que los complotados, once oficiales de la Fuerza Aérea, esperaban bombardear instalaciones civiles y gubernamentales, barrios humildes de Caracas y la sede de Telesur. También tenían previsto asesinar al presidente Nicolás Maduro y a otros altos dirigentes, entre los más combativos del chavismo.
Es claro que estas acciones no son otra cosa que un intento de magnicidio y genocidio; y que la llamada oposición venezolana se ha dado cuenta que por la vía democrática y popular, por la vía del voto no tienen futuro, porque no tienen pueblo, las veces que han intentado obtener el favor del pueblo por la vía electoral han salido derrotados.
Por eso, se empeñan con sus aliados extranjeros a forzar una salida violenta utilizando el magnicidio y el genocidio porque ya no tienen espacio en el seno del pueblo venezolano.
Ese tremendismo de Leopoldo López de desafiar la autoridad, llevando intranquilidad al pueblo, generando muertos y otras víctimas, es lo que lo llevó a la cárcel, no la diferencia política; es evidente que estos señores no tienen espacio en el seno popular y actúan de forma desenfrenada e irresponsable, sin liderazgo ni respaldo social, por tanto se dejan manejar como objetos de fuerzas extranjeras que los patrocinan y no ocultan sus conspiraciones, como los Estados Unidos de Norteamérica, que mientras plantean un acercamiento con Cuba, procuran desestabilizar a Venezuela.
Esos sectores de la oposición auspiciados por la conspiración extranjera, ahora se dividen y van contra un pueblo que ha luchado por levantarse y que tiene en la Revolución Bolivariana el verdadero cambio hacia el futuro.
La filosofía del golpe de Estado que se fraguaba se asentaba sobre el terror, la masacre y el asesinato. No podía ser de otra manera. Después comenzarían las cacerías de dirigentes populares, de militantes del PSUV y del propio pueblo venezolano, que es el principal protagonista de la Revolución. Por supuesto que también vendrían las torturas, los asesinatos y las desapariciones. Lo mismo que se vio en el Chile de Allende, en la Argentina, Uruguay, Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador; en todos los sitios y momentos en que las ansias de venganza y represión de clases derrotadas por la Historia, bajo el ala “maternal” de los Estados Unidos que las organiza y dirige, han demostrado que sus argumentos son la fuerza bruta, y que solo mediante ella, y no por métodos democráticos, pueden lograr, momentáneamente, detener la marcha de procesos continentales irreversibles.
Ni con conspiraciones, ni con magnicidios, ni con guerra económica, ni con bloqueos, ni con guarimbas facinerosas, ni con campañas de prensa, ni con golpes de Estado podrán esas fuerzas extranjeras y sus lacayos venezolanos hacer retroceder la avalancha popular que ha cambiado el rumbo de un país al que esquilmaban y saqueaban. Es obvio que se trata de un plan mayor, basado en la conocida inmoralidad de quien mueve los hilos de la trama, desde las sombras.
Ante la gravedad del plan descubierto, el gobierno de Nicolás Maduro ha declarado que actuará con serenidad y firmeza, para salvaguardar la vida del pueblo, de sus dirigentes y de la propia Revolución Bolivariana, centro inspirador de un proceso de cambios profundos que ha protagonizado América Latina, en los últimos tiempos.
Atacar a la Revolución iniciada por el comandante Hugo Chávez y continuada por Maduro es atacar al resto de los pueblos del mundo, y muy especialmente, a los de nuestra región. Esta Revolución no está sola y en este momento de prueba cuenta con la mayor solidaridad y vigilancia de millones de trabajadores, campesinos y personas honestas de todas las latitudes.
Para acompañar en este momento de su lucha al heroico pueblo revolucionario venezolano, nuestro Movimiento Izquierda Unida, de República Dominicana, activará a su membrecía y a sus contactos internacionales, para condenar este intento derrotado del imperialismo norteamericano y la servil reacción fascista venezolana, manteniéndose vigilante ante nuevos planes de quienes intentan detener la marcha de la historia.

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