En su viaje por Suiza y
Sus palabras en tan importante evento, sin duda alguna que busca vender la imagen y la percepción ante la comunidad mundial presente allí, de que, goza de la popularidad y la aceptación suficiente en la población dominicana para buscar la presidencia de
Ciertamente que el pueblo, que es el soberano, tiene la plena potestad de elegir a sus autoridades, siempre y cuando no estén impedidos por la constitución a postularse. Y en el actual escenario las posibilidades del presidente son totalmente imposibles, al menos que no quiera pescar en río revuelto y subvertir el orden constitucional lo cual a la postre induce al caos y al desorden indescriptible consecuencias. Si nos vamos al caso hipotético de que el presidente quiera alegar que fue electo con la constitución pasada, bastaría con aplicarle el articulo 49 que establece textualmente lo siguiente: El Poder Ejecutivo se ejerce por el Presidente de
Ahora bien, si nos vamos al nuevo texto constitucional, de la única manera que la reelección tiene cabida es, modificando la misma Carta Magna que el presidente proclamó hace apenas un año, para lo cual no cuenta con los votos necesarios y si lo llegase hacer de manera forzosa, las consecuencias serían impredecibles, tanto en el seno del pueblo dominicano, como en la comunidad internacional. Por lo tanto, al presidente solo le queda aceptar la realidad y dar paso a otros dirigentes de su partido para que opten por la presidencia de
Debemos emular el excelso caso de democracia exhibido por Luís Inácio Lula da Silva en Brasil, quien contando con el 88% de aceptación en la población, no se obnubiló ante la detentación del poder y dio paso a su sucesora sin artimañas ni trapisondas para cumplir al pie de la letra con el expreso mandato constitucional de su país, no obstante haber convertido a Brasil de manera inequívoca, en el gran coloso del caribe. Lo mismo pudiéramos de decir de la ex presidenta de Chile Michelle Bachelet, quien abandonó el poder con un porcentaje de aceptación sobre el 70%, pero al igual que Lula, como demócrata a carta cabal, se apegó estrictamente a lo que establece su constitución. Sin embargo y como contraste, la popularidad del presidente Fernández en estos momentos no es ni el 50% de la de Lula o Michelet, y estoy más que seguro que cualquier información al respecto, será ajustada a las intenciones del continuismo reeleccionista con la intención de abultar la real aceptación del presidente. Por lo que en vez de andar proclamando la reelección, debemos fortalecer la democracia que tanto lo necesita. Sigamos el ejemplo de Lula y Michelet.
Lic. Bernis López
lic_bernislopez@hotmail.com
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